julio 07, 2011

A veces, sabés, me enloquecés y otras veces me dañás. Damos vueltas, no nos escuchamos, ignorás como me callo. Lleno mi panza de palabras que no te diría jamás. No me apasiona tu despreocupación por mí. Nunca comprendo porque me tratás así. Esta vez te diré, recapacitaré. Voy a buscarte en mi silencio, y en tus ojos ciegos. Quizás sea por eso que cada vez que te veo y me vés, me tenés a tus pies. Cuando no me acuerdo, vos siempre te me aparecés, y despues te vas.