Que juego macabro el destino jugó, cruzó tu camino y el mío, pero los ha cruzado mal, no nos pudimos encontrar. Maldigo la noche en que te conocí, maldigo el sabor de tu boca que no se para que probé, si yo tenia claro que en ese momento el desorden de mi corazón, estaba confundiéndome, y el miedo a perder el control me puso penosa y pase a ver tu amor. Si pudiera volver el tiempo te diria que, que dejemos atras los malos sentimientos, ya no qiero pensar de lo que me perdi de ti, dejando que me lleve el viento. Si pudiera volver a darte el primer beso yo, te aseguro que no repetiría nada.

Es tarde ya pero da igual, la noche es fría, las manos ni las sentía, quietos los dos, callándonos, las horas que pasarían o puede que fueran días. No hay violines pero estas tu, no hay farolas pero esta tu luz. Estamos congelando el amor, para conservar lo mejor. No te preocupes porque nada es imposible si funden los fusibles, del corazón. Nada es imposible, podemos hacernos invisibles con mi amor, si somo dos. Nada que ver, que torpe proceder, mi timidez repentina, mi risa de serpentina. Nada que ver, un charlatan de ayer que diferente se sentía solo con compañía. No hay atardecer pero me miras tu, no hay brisa de mar y no suspiras tu. Estamos decorando este rincón poniendo a la ciudad en situación. No te preocupes porque nada es imposible, si funden los fusibles del corazón. Nada es imposible, podemos hacernos invisibles con mi amor si somos dos.